Trenzar es una labor que requiere de una buena cuota de paciencia y de concentración. Como se trata de una tarea repetitiva, una vez que se adquiere cierta práctica los movimientos se realizan de manera automática, como las abuelas que mientras tejen un pullóver miran televisión y charlan. Claro que cuando los diseños son más complicados hay que prestar mucha atención para no equivocarse, pero en los primeros trabajos con un poco práctica se conseguirá avanzar con rapidez.
El primer trabajo será hacer una trenza de tres, que muchos ya conocerán porque es muy utilizada y fácil de hacer, de manera que quien ya la conozca puede pasar a la lección siguiente. Las figuras se han hecho suponiendo que se parte de una lonja de cuero dividida en tres tientos: A, B y C (Paso 1). Es conveniente acostumbrarse a marcar los tientos para no confundirse cuando se hagan diseños más complicados. Si se utiliza hilo encerado para practicar pueden hacerse nudos simples en sus extremos, cuya cantidad servirá para identificar a cada uno (un nudo en el primero, dos en el segundo, y así sucesivamente).
Para hacer la trenza de tres se comienza cruzando el tiento A sobre el B, y luego el C sobre el A (Paso 2). Después se cruza el tiento B sobre el C (Paso 3). El tiento A (que quedó a la derecha) se vuelve a cruzar sobre el B (Paso 4), y el tiento C (que quedó a la izquierda) vuelve a cruzar sobre el A (Paso 5). Finalmente el tiento B (que quedó a la derecha) se cruza sobre el C, quedando los tres tientos en las mismas posiciones que al empezar (Paso 6). Se van repitiendo estos pasos hasta terminar la trenza. Una regla muy sencilla para hacer la trenza de tres es que el tiento de afuera siempre se cruza sobre el tiento del medio, primero el de la izquierda y luego el de la derecha.
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