El cuerpo del bombo está constituido de madera de ceibo, de sauce, de cardón, o de árboles locales que una vez trabajados resultan difíciles de catalogar. Los de ceibo se caracterizan por su liviandad y los de cardón por esas aberturas tan ornamentales de su fibra.
La fabricación del cuerpo del bombo es tarea laboriosa y muy difícil de realizar fuera del ambiente campesino, no sólo por la falta de materia prima, sino por el tiempo y paciencia de que hay que hacer gala.
Socavar un tronco de árbol hasta ahuecarlo totalmente, dando a sus paredes el espesor aproximado de un centímero, demanda una inversión de horas que en las ciudades es imposible realizar.
Uno de los procedimientos para socavar el tronco, es ir quemando la madera, luego de lo cual se retiran los restos carbonizados. Repitiendo la operación hasta lograr el cilindro totalmente ahuecado.
Las medidas son muy variables, ya que dependen del diámetro original del tronco. Término medio encontramos las siguientes: tamaño mediano en cm., 35 x 50; para los grandes 45 x 60 y los pequeños 30 x 40.
Actualmente, debido a la demanda de estos instrumentos se realizan con madera terciada, que abarata el precio y asegura la provisión en el mercado, siendo su sonido no tan Ileno como los campesinos. Sin embargo hay casas especializadas que distribuyen bombos hechos por verdaderos artesanos a un precio bastante accesible.
Otro de los componentes del bombo son sus membranas o parches. Realizadas con cueros de ovejas, cabras, vizcachas, guanacos, etc., se extienden sobre un marco en forma de aro al que van enrollados y cosidos. La condición necesaria para que el parche emita buen sonido, es que esté bien tenso (de la misma manera que las cuerdas de una guitarra).
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